Acoso Escolar "Bullying"
"No quiero ir a la escuela" puede ser una frase
reveladora de que tu hijo es acosado o humillado por sus compañeros. En ocasiones acompañada por signos tales como
dolores imprecisos, malestares diversos o dificultades para salir de la cama…
El fenómeno
del acoso escolar “Bullying”, literalmente, del inglés, “bully”
significa matón o agresor. En este sentido se trataría de conductas que tienen
que ver con la intimidación, bravuconeada, hostigamiento, tiranización,
aislamiento, amenaza, insultos, sobre una víctima o víctimas señaladas.
El primer autor que definió este
fenómeno fue el psicólogo Noruego Dan Olweus: “un alumno es agredido o se convierte en víctima cuando está expuesto,
de forma repetida y durante un tiempo, a
acciones negativas que lleva a cabo otro alumno o varios de ellos.”
El maltrato puede consistir en
agresiones físicas, daño a objetos personales, pequeños hurtos, amenazas,
burlas, insultos, aislamiento, difusión de calumnias o cualquier recurso
destinado a someter a alguien a una situación de inferioridad y humillación. Se
caracteriza por el maltrato psicológico, físico o verbal.
Pero estas situaciones resultan
bastantes comunes en los centros educativos (colegios e institutos), y pueden
llegar a ser muy dañinas para quienes las sufren, generalmente en silencio y en
soledad.
Por lo general se presenta en el
nivel primario y en los primeros años del colegio secundario. No diferencia
niveles socioeconómicos.
La palabra “bullying” se utiliza
para describir estos diversos tipos de comportamientos no deseados por niños y
adolescentes, que abarcan desde esas bromas pesadas, el ignorar o dejar deliberadamente
de hacer caso a alguien, los ataques personales, e incluso los abusos serios. A
veces es un individuo quien hace el “bullying”, o un grupo (pandilla). Lo más
importante no es la acción en sí misma, sino los efectos que produce entre sus
víctimas. En general el acto cuenta con espectadores, que suelen formar parte
de un grupo acosador o que simplemente “disfrutan” del espectáculo; se
divierten con las bromas y/o tratan de asociarse con el acosador para “compartir”
su poder y, a través de él, llegar a hacer algo que quizás deseen, pero no se
animan a concretar. También por supuesto, lo hacen para evitar que se los
coloque en el papel de acosados.
Por tanto, estas situaciones de
acoso, intimidación o victimización son aquellas en la que un alumno/a está
expuesto, de forma repetida y durante un tiempo, a acciones negativas que
llevan a cabo otros compañeros. Por acciones negativas entendemos tanto las
cometidas verbalmente o mediante contacto físico, como las psicológicas de
exclusión.
Tal como lo expresa Thomas
Stearns Eliot en el párrafo de su obra The Cocktail Party “La mitad del daño
que se hace en este mundo es obra de individuos que quieren sentirse importantes.
No se proponen hacer daño, pero el daño no les interesa. O no lo ven o lo justifican
porque están enfrascados en la interminable batalla de pensar bien de sí
mismos”. La gente quiere sentirse importante, en todas las edades y
situaciones de la vida.
Características del acoso escolar o Bullying
Para poder hablar de acoso
escolar, deben estar presentes las siguientes características:
Debe existir una víctima
indefensa atacada por un abusador, presencia de desigualdad de poder
(desequilibrio de fuerzas), entre el más fuerte y el más débil. Es una situación desigual, de indefensión para
la víctima. Existencia de una acción agresiva repetida, durante un período
largo de tiempo y de forma recurrente. La agresión crea en la víctima la
expectativa de poder ser blanco de ataques nuevamente. La Intimidación se
refiere a sujetos concretos, nunca al
grupo. La intimidación se puede ejercer en solitario o en grupo.
Más concretamente…
-
cuando un chico/a se mete con otro compañero
insultándole, burlándose de él, amenazándole, tirándole sus cosas, pegándole o
diciéndole a los otros que no se junten con él....
-
cuando en el patio, en el recreo, en los
servicios y en la propia clase sucede, a veces, que unos compañeros se burlan
de su aspecto, se ríen de ellos, y luego dicen que ha sido jugando.
-
cuando algunos chicos/as les dicen a los demás que no le hablen a otro, para que
no tenga amigos, o le acusan de algo siendo mentira,..
-
cuando un chico/a abusa de su fuerza o se pone
“chulo” y se hace el “capo”, porque los demás les ríen las gracias.
-
cuando un grupo de chicos/as levantan rumores
falsos sobre otro, simplemente porque no quiere salir con ellos o no están
dispuestos a hacer lo que ellos quieren.
Tipos de Bullying
Podemos hablar de distintos tipos
de acoso escolar, con frecuencia aparecen varios tipos de forma simultánea.
- Físico: empujones, patadas, agresiones con objetos,..etc. Se da con más frecuencia en Primaria que en Secundaria.
- Verbal: es el más habitual. Insultos y motes principalmente, también menosprecios en público, resaltar defectos físicos,...
- Psicológico: minan la autoestima del individuo y fomentan su sensación de temor.
- Social: pretende aislar al joven del resto del grupo y compañeros.
Nadie debe subestimar el miedo
que un niño, niña o adolescente intimidado puede llegar a sentir.
No hay que confundir estas
situaciones con los típicos altibajos que se producen en las relaciones entre
los alumnos, especialmente a lo largo de la etapa de la adolescencia y
pre-adolescencia. Los conflictos y las malas relaciones entre iguales, los
problemas de comportamiento o de indisciplina son fenómenos perturbadores pero
no son verdaderos problemas de violencia, aunque pueden degenerar en ellos, si
no se resuelven de una forma adecuada.
No cualquiera es acosador y no cualquiera es acosado. Aunque si cualquiera puede ser espectador, y este factor tiene una suma
importancia en tren de avanzar hacia las soluciones porque sin público no hay espectáculo y, al no ser protagonistas, los
espectadores son a veces más susceptibles de intervención adulta que los
participantes directos. Acosadores y
acosados, en cambio, son menos accesibles y suelen presentar algunos de los
siguientes rasgos, no en forma estricta pero con bastante frecuencia:
ACOSADORES:
- Tienen problemas de autoestima.
- Por alguna razón no pueden destacarse de otro modo.
- Provienen de familias donde la violencia se considera normal para resolver los problemas.
- Son mayores o más fuertes que la mayoría de sus compañeros.
- Son líderes carismáticos, por admiración o temor.
- Por lo general, son extrovertidos, impulsivos.
- Pueden estar vengándose de abusos sufridos.
- Pueden estar movidos por la envidia.
- Padecen algún grado de “alexitimia”, es decir, de dificultad para reconocer los sentimientos propios y ajenos.
ACOSADOS:
- Son tímidos, temerosos.
- Son menores, más débiles o torpes que la mayoría de los compañeros.
- Pertenecen a una minoría dentro de la mayoría del aula: de género, étnica, social o de preferencias.
- Son solitarios, no tienen amigos.
- Por lo general, son introvertidos.
- Son recién llegados.
- Tienen alguna desventaja física.
- Se destacan intelectualmente (tragalibros) y provocan envidia.
- Alguna vez denunciaron un maltrato y quedaron etiquetados.
- Tiene gran necesidad de ser aceptados por los demás.
- Suelen creer que soportar pasivamente las adversidades es la mejor forma de lidiar con ellas. Si aguantan lo suficiente, al fin sus dificultades se agotarán.
- Por razones culturales-familiares, pueden creer que no responder nunca con violencia de otros es la mejor forma de apaciguarlos.
Por supuesto, a menudo sucede que
los rasgos se mezclan y aparecen los mismos en unos y otros, y suelen
manifestarse de un modo inverso o reactivo. Por ejemplo: un problema de baja
autoestima que se muestra como sobrevaloración.
En efecto, en algunos casos los
adultos responsables –padres y maestros- no perciben la situación y en otros,
si bien de algún modo la perciben o sospechan, la minimizan debido a que juegan
en ellos ciertas ideas arraigadas que se resisten tenazmente a la prueba de la
realidad.
- Respecto a los padres, suele suceder que no intervengan porque:
-
"Son cosas de chicos”.
-
“Tienen que aprender a vivir”.
-
“Tienen que hacerse hombre”.
-
“No hay que ser buchón (delator)”.
-
“No vamos a estar metiéndonos en cada pavada”.
-
“Sucedió en la escuela, que lo resuelvan ellos”.
- Respecto a los docentes, suele jugar en contra de su intervención que:
-
No saben bien que hacer.
-
La cultura escolar no suele prestar demasiada
atención a lo que ocurre “entre los
chicos”.
-
Muchas veces los episodios de acoso no afectan
el “normal desarrollo de las actividades”.
-
En general, no se realizan en el aula ni a la
vista de todos.
Consecuencias
El acoso escolar al igual que
otras formas de maltrato psicológico produce secuelas biológicas (expresión de
genes) y mentales. Especialistas del Centro de Estudios sobre el Estrés Humano
(CSHS) del Hospital Louis-H. Lafontaine de Canadá sugieren que las víctimas
acosadas son más vulnerables a padecer problemas mentales como trastorno por
estrés postraumático, depresión y trastornos del ánimo a medida que envejecen.
De todos modos, si bien hay que
atender a los dos (acosador y acosado) – sin desestimar el hecho de que el
primero puede haber llegado a asumir ese papel por haber sido víctima antes- la
prioridad la tiene el acosado, por lo degradante de su situación y por los
riesgos que tal condición implica para sí mismo y para los demás. La amarga
pregunta sin respuesta “¿Por qué a mí?” ha
perseguido incluso hasta la adultez a muchos niños y sanar las heridas de su autoestima
les ha requerido un enorme esfuerzo.
Prevención
Se estima que la intervención
simultánea sobre factores individuales, familiares y socioculturales, es la
única vía posible de prevención del acoso escolar. La prevención se puede
realizar en distintos niveles.
Una prevención primaria sería
responsabilidad de los padres (apuesta por una educación democrática y no
autoritaria), de la sociedad en conjunto y de los medios de comunicación (en
forma de autorregulación respecto de determinados contenidos).
Una prevención secundaria sería
las medidas concretas sobre la población de riesgo, esto es, los adolescentes
(fundamentalmente, promover un cambio de mentalidad respecto a la necesidad de
denuncia de los casos de acoso escolar aunque no sean víctimas de ellos), y
sobre la población directamente vinculada a esta, el profesorado (en forma de
formación en habilidades adecuadas para la prevención y resolución de
conflictos escolares).
Por último, una prevención
terciaria serían las medidas de ayuda a los protagonistas de los casos de acoso
escolar.
Es muy importante distinguir lo episódico de
lo habitual. La persistencia es un poderoso indicador del riesgo que pueden
estar corriendo, tanto víctima como agresor, de verse muy afectados.
Resolución de conflictos
Para mejorar la convivencia
educativa y prevenir la violencia, es preciso enseñar a resolver conflictos de
forma constructiva; es decir, pensando, dialogando y negociando. Es necesario poner la lupa sobre él,
instalarlo en la agenda institucional, buscar apoyo profesional, requerir
información de lugares donde se intervenga y se experimentan soluciones sobre
el asunto y, una vez trabajado en el ámbito de la escuela o centro, abrirlo a
la consideración de los padres en general y especialmente de aquellos cuyos
hijos se han visto involucrados en algún episodio de intimidación. Con
seguridad, existen muchas cosas que se pueden hacer dese la escuela a fin de
comenzar a producir el cambio cultural necesario para que los comportamientos de
acoso se extingan.
En los programas de prevención de
la violencia escolar que se están desarrollando en los últimos tiempos, se
incluyen la mediación y la negociación como métodos de resolución de conflictos
sin violencia.
¡Que importante es saber sobre este tema!
ResponderBorrarEs bueno ser conscientes de esto....
ResponderBorrarResulta interesante este espacio para saber un poco más !!
ResponderBorrarMuy interesante la información Majo, es muy importante tomar consciencia de estas problemáticas!
ResponderBorrar¡Importante información! Útil para conocer del tema y como afrontarlo o reconocerlo.
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